BALADA DE HOJA CANTORA. Juanjo Conejo
Pisé una hoja seca,
dorada por el tiempo,
me ofreció su melodía,
mientras se rompía
en cien pedazos.
Una vida desgastada,
golpeada noche y día,
aprendió del sufrimiento
y te ofrece su sinfonía
en la cima de su ocaso.
Hay una bella partitura
en la gloriosa decadencia,
para el oído que la escucha,
es una estrella que se apaga
y deja una huella en tu alma.
Disfruta de ese canto,
de ese hermoso crujido
cuando caminas,
son notas de sabiduría:
no te rindas, no te rindas.
Aprieta en un puño
a la moribunda,
su alma tiene música,
te regala alegría,
no pierdas la esperanza.
Recogí la hoja del suelo,
¡eran cien pedazos!,
y los puse con cuidado
entre las páginas blancas
de mi libro favorito.
Juanjo Conejo
Fotografía: Irina Jalba Furtuna
Modelo: Mónica Ruiz Salazar