LAS CARTAS ROMÁNTICAS DE SALCON EMIROI (VII). Juanjo Conejo
Mi distinguida señorita:
Antes de conocerla, creía en las leyes de la probabilidad. He dejado de hacerlo. ¿Qué esperanzas tendría un hombre como yo de que una mujer como usted se enamorara de mí? Desde hoy, voy a creer en los milagros, la fe infunde más esperanza que las estadísticas. Pero la fe no es suficiente, debo emprender acciones que favorezcan los milagros, forjarlos con decisiones. Esta es la razón de mi carta, llamar su atención hacia mi persona, algo que difícilmente acontecería si me limitase a esperar en las leyes de la probabilidad. Mi filosofía de vida es luchar por las cosas que anhelo. A veces, pierdo; a veces, gano; pero siempre lo intento. Prefiero que fracase mi estrategia que rendirme a la cobardía. Le ruego que me busque mañana en la cafetería que frecuenta, comprobará que no soy un completo desconocido, soy el hombre de sombrero blanco, a quien usted mira siempre de reojo. Le reto a que me mire abiertamente, sin timidez. Y yo la miraré esperando ver en sus ojos el brillo de un preludio romántico, de ese milagro que se burla de las estadísticas.
Afectuosamente suyo,
Salcon Emiroi
* Nota: Esta carta forma parte de la colección “Las cartas románticas de Salcon Emiroi”, del autor Juanjo Conejo.